¿Qué es Cáncer de Vías Biliares?

El cáncer de vías biliares, también conocido como colangiocarcinoma, es un tipo de cáncer que se forma en los conductos biliares, los cuales transportan la bilis desde el hígado y la vesícula biliar hasta el intestino delgado. Existen tres tipos principales según su ubicación: intrahepático (dentro del hígado), perihiliar (en la confluencia de los conductos biliares dentro del hígado) y distal (en los conductos biliares fuera del hígado). Este cáncer es poco frecuente pero agresivo, y su pronóstico puede ser complicado debido a su diagnóstico tardío.

Las causas exactas del cáncer de vías biliares no están completamente claras, pero varios factores de riesgo están asociados con un mayor riesgo de desarrollarlo. Estos incluyen enfermedades inflamatorias crónicas de los conductos biliares, como la colangitis esclerosante primaria, infecciones parasitarias del hígado (por ejemplo, infección por trematodos hepáticos), la exposición a ciertos productos químicos y toxinas, y condiciones genéticas hereditarias. Además, tener antecedentes de enfermedades hepáticas crónicas como la cirrosis, así como la presencia de quistes biliares congénitos, también puede aumentar el riesgo.

Los síntomas del cáncer de vías biliares pueden ser vagos y progresar lentamente, lo que a menudo lleva a un diagnóstico tardío. Entre los síntomas de alerta se incluyen ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), dolor abdominal en la parte superior derecha, pérdida de peso inexplicada, fiebre, fatiga, orina oscura y heces de color claro. En casos avanzados, el prurito (picazón en la piel) y la inflamación abdominal también pueden ser indicativos de la enfermedad.

El diagnóstico del cáncer de vías biliares generalmente implica una combinación de pruebas y procedimientos. Las pruebas de imagen como la tomografía computarizada (TC), la resonancia magnética (RM) y la colangiopancreatografía por resonancia magnética (CPRM) son esenciales para visualizar los conductos biliares y detectar anomalías. La ecografía endoscópica (EUS) y la colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE) pueden proporcionar imágenes detalladas y permitir la toma de biopsias. Los análisis de sangre para evaluar la función hepática y los marcadores tumorales también son importantes para un diagnóstico preciso.

La cirugía es la principal opción de tratamiento para el cáncer de vías biliares, especialmente cuando el tumor es operable y se detecta en una etapa temprana. Los procedimientos quirúrgicos pueden variar dependiendo de la ubicación y la extensión del tumor. La resección hepática (extirpación de una parte del hígado) es común para los tumores intrahepáticos, mientras que la resección de los conductos biliares y la creación de nuevas conexiones biliares (hepatojejunostomía) son procedimientos utilizados para los tumores perihiliares y distales. En casos avanzados, la cirugía puede combinarse con tratamientos adicionales como la quimioterapia y la radioterapia para mejorar los resultados y reducir el riesgo de recurrencia.

Cáncer de Vías Biliares

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